Por lo general en el primer mes del año iniciamos pronosticándonos un periodo de grandes experiencias, pues luego de las festividades de fin de año llega la tan anhelada lista de propósitos, y con esta, el desfile de ideas y sueños que siempre hemos deseado o que hasta ahora se nos ocurrieron.
Los más comunes, por supuesto, incluyen la matricula en el gimnasio, el conocer nuevos lugares, vivir nuevas experiencias, cambiar de trabajo o de casa y muchos otros más, y detrás de ellos las dudas, los gastos que se vienen, el regreso a clases, la rutina y los nuevos retos que enfrentaremos.
Y mientras el mes se pasa volando y en nuestra mente sobreabundan los nuevos proyectos, también es momento de plantearnos esos propósitos que involucran nuestra vida espiritual y nuestra oportunidad de cambiar el panorama de alguien más.
En redes sociales, revistas y artículos de todo tipo, encontramos la motivación para planificar nuestros objetivos y con tristeza encontramos que la mayoría de estos están enfocados en adquirir cosas materiales o experiencias para presumir, hoy queremos invitarte a potencializar estas áreas de tu vida que tal vez están olvidadas, queremos que para este 2024 busques fortalecer tus redes de apoyo, tu salud mental, tu vida de oración y tu generosidad.